Joram y Josafat:
Una historia del pasado con mucha enseñanza para nuestro presente.
2 Reyes 3.1-18: Joram hijo de Acab comenzó a reinar en Samaria sobre Israel el año dieciocho de Josafat rey de Judá; y reinó doce años. E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, aunque no como su padre y su madre; porque quitó las estatuas de Baal que su padre había hecho. Pero se entregó a los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, que hizo pecar a Israel, y no se apartó de ellos. Entonces Mesa rey de Moab era propietario de ganados, y pagaba al rey de Israel cien mil corderos y cien mil carneros con sus vellones. Pero muerto Acab, el rey de Moab se rebeló contra el rey de Israel. Salió entonces de Samaria el rey Joram, y pasó revista a todo Israel. Y fue y envió a decir a Josafat rey de Judá: El rey de Moab se ha rebelado contra mí: ¿irás tú conmigo a la guerra contra Moab? Y él respondió: Iré, porque yo soy como tú; mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como los tuyos. Y dijo: ¿Por qué camino iremos? Y él respondió: Por el camino del desierto de Edom. Salieron, pues, el rey de Israel, el rey de Judá, y el rey de Edom; y como anduvieron rodeando por el desierto siete días de camino, les faltó agua para el ejército, y para las bestias que los seguían. Entonces el rey de Israel dijo: ¡Ah! que ha llamado Jehová a estos tres reyes para entregarlos en manos de los moabitas. Mas Josafat dijo: ¿No hay aquí profeta de Jehová, para que consultemos a Jehová por medio de él? Y uno de los siervos del rey de Israel respondió y dijo: Aquí está Eliseo hijo de Safat, que servía a Elías. Y Josafat dijo: Este tendrá palabra de Jehová. Y descendieron a él el rey de Israel, y Josafat, y el rey de Edom. Entonces Eliseo dijo al rey de Israel: ¿Qué tengo yo contigo? Ve a los profetas de tu padre, y a los profetas de tu madre. Y el rey de Israel le respondió: No; porque Jehová ha reunido a estos tres reyes para entregarlos en manos de los moabitas. Y Eliseo dijo: Vive Jehová de los ejércitos, en cuya presencia estoy, que si no tuviese respeto al rostro de Josafat rey de Judá, no te mirara a ti, ni te viera. Mas ahora traedme un tañedor. Y mientras el tañedor tocaba, la mano de Jehová vino sobre Eliseo, quien dijo: Así ha dicho Jehová: Haced en este valle muchos estanques. Porque Jehová ha dicho así: No veréis viento, ni veréis lluvia; pero este valle será lleno de agua, y beberéis vosotros, y vuestras bestias y vuestros ganados. Y esto es cosa ligera en los ojos de Jehová; entregará también a los moabitas en vuestras manos.
Una historia del pasado con mucha enseñanza para nuestro presente.
El tiempo que estaba viviendo el pueblo de Dios era un tiempo de mucha decadencia tanto en el ámbito espiritual como en lo moral y también en lo político.
Hacía muchos años que la nación de Israel estaba dividida.
Por un lado estaba el reino de Judá, donde gobernaba Josafat, un rey que temía a Dios y que procuraba vivir rectamente delante de Él. El padre de Josafat fue el rey Asa. Un rey bueno y recto ante los ojos de Dios. Un rey que promovió una reforma religiosa en la nación que permitió que todos los lugares de adoración pagana fueran destruidos y el templo y la verdadera adoración a Dios fueran restaurados. Y Josafat su hijo siguió el mismo camino. Dice el texto bíblico que Dios estuvo con Josafat y confirmó su reinado engrandeciéndolo y dándole prosperidad.
Por otro lado, sobre las demás tribus de Israel, gobernaba Joram y la realidad era totalmente opuesta al reino de Judá. Joram era hijo del rey Acab, uno de los reyes más paganos que gobernó sobre Israel. Junto a su esposa Jezabel persiguieron a los profetas de Dios, y promovieron la adoración a los ídolos, levantando lugares altos de adoración a Baal y Asera.
Vayamos ahora a la historia del relato.
Joram:
Malo pero no tan malo.
2 Reyes 3.2-3: E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, aunque no como su padre y su madre; porque quitó las estatuas de Baal que su padre había hecho. Pero se entregó a los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, que hizo pecar a Israel, y no se apartó de ellos.
¿Cuánta gente vive de la misma manera que Joram? Dicen: “yo sé que lo que estoy haciendo no está tan bien, pero hay gente que hace las cosas peor…” Gente que se conforma con no ser tan malo como otros.
De Joram se dice que hizo lo malo, aunque no tanto como su padre y su madre.
¿Sabe cómo se define eso? MEDIOCRIDAD.
Hay cristianos que evalúan su vida y su relación con Dios comparándose con otros cristianos que están peor que ellos, y de esa manera se conforman.
Dice el texto que si bien destruyó las estatuas de Baal que su padre había hecho se entregó a los mismos pecados que cometió el rey Jeroboam y no se apartó de ellos.
Jeroboam fue el primer gobernante del reino del norte de Israel. Su gran pecado fue la institución de la idolatría a lo largo de su reino, originando que el pueblo se apartara de Dios.
Jorám, si bien destruyó las estatuas de Baal de su padre, continuó alejado de Dios y practicando la idolatría.
Fue malo, pero no tan malo como sus padres.
Hay cristianos que se conforman con ese estilo de vida… malo, pero no tan malo… bueno, pero no tan bueno…
Mediocridad. Entrega a medias, compromiso a medias.
El enemigo se levanta
Dice el texto que el rey de Moab que por muchos años estuvo sometido a la autoridad de Israel, ahora se rebela.
Esta es una historia que siempre se repite.
Cuando uno determina vivir su relación con Dios de una manera mediocre, el enemigo se levanta porque sabe que un cristiano que vive de esa manera no tiene autoridad ni poder sobre él.
Cuando uno vive bien delante de Dios el enemigo se sujeta porque sabe que no le conviene pelear con vos porque es una batalla perdida. Pero cuando uno vive en pecado, como Joram, se debilita y pierde autoridad espiritual, entonces el enemigo se levanta y se rebela.
Notemos un detalle del texto: Salió entonces de Samaria el rey Joram, y pasó revista a todo Israel. Y fue y envió a decir a Josafat rey de Judá: El rey de Moab se ha rebelado contra mí: ¿irás tú conmigo a la guerra contra Moab? Y él respondió: Iré, porque yo soy como tú; mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como los tuyos. (2 Reyes 3.6-7)
¿Por qué no fue Joram a pelear solo contra el rey de Moab?
Porque se dio cuenta de que solo no podía. Miró su ejército, evaluó su condición y se dio cuenta que no tenía la fuerza suficiente como para derrotarlo.
Una historia que se repite. Hay gente del pueblo de Dios que hace lo mismo que Joram. Permiten ciertas áreas de debilidad y pecado en su vida y siguen adelante porque piensan que en realidad no son tan malos… Pero cuando el enemigo se levanta contra ellos allí se dan cuenta de que solos no pueden y comienzan a buscar ayuda.
¿De quién buscó ayuda? Del rey Josafat. ¿Recuerdan lo que dijimos de Josafat al principio? Un rey que estaba haciendo las cosas bien delante de Dios. Un rey que buscaba a Dios y que estaba comprometido con vivir una vida que agrade a Dios.
Hay cristianos que hacen las cosas mal, pero cuando el enemigo se levanta, cuando comienzan a sufrir las consecuencias de su falta de santidad y compromiso con Dios, inmediatamente saben a quien recurrir.
No estoy hablando de aquellos que son nuevos en la fe, de aquellos que están dando sus primeros pasos y necesitan la ayuda y la contención de aquellos que son más fuertes que ellos en la fe. Sino de aquellos que viven en debilidad porque nunca se consagran a Dios como deberían, de aquellos que viven un cristianismo mediocre. Entonces cuando viene la prueba no tienen la fortaleza suficiente, ni la capacidad para poder enfrentarla por sí mismos y vencerla.
Eligiendo un mal camino espera que le baya bien
Y dijo: ¿Por qué camino iremos? Y él respondió: Por el camino del desierto de Edom. Salieron, pues, el rey de Israel, el rey de Judá, y el rey de Edom; y como anduvieron rodeando por el desierto siete días de camino, les faltó agua para el ejército, y para las bestias que los seguían. (2 Reyes 3.8-9)
Joram quiere que le baya bien, quiere vencer a Moab, pero el camino que elige es un camino equivocado. Dice el texto que anduvieron por el desierto durante siete días y se les acabó toda provisión de agua, tanto para el ejército como para los animales.
Sin agua en medio del desierto. No podían regresar, ni tampoco avanzar.
¡Cuánta gente quiere que le baya bien pero eligen mal el camino! ¡Se equivocan y luego con el paso del tiempo se encuentran en una situación desesperante!
¿Cómo uno puede pretender que le baya bien si ha elegido un mal camino, si ha tomado malas decisiones, si a vivido sin sabiduría y dirección de Dios?
Le echa la culpa a Dios por su propio fracaso
Entonces el rey de Israel dijo: ¡Ah! que ha llamado Jehová a estos tres reyes para entregarlos en manos de los moabitas. (2 Reyes 3.10)
¿Conoce usted gente así? Gente que hace las cosas mal, que vive en pecado, que no busca a Dios, que no se consagra a Dios como debería, y que cuando viene el momento de prueba le echan la culpa a Dios de lo que les pasa.
Dicen: ¿Por qué Dios permite esto? Joram dijo: “Dios nos ha traído para que los moabitas nos derroten”.
¿Cómo que Dios nos ha traído?
¿Ahora se acuerda de Dios, cuando nunca lo buscó de corazón? Y cuando se acuerda de Dios lo hace quejándose y echándole la culpa.
En lugar de humillarse delante de Dios y reconocer su pecado, se queja y actúa con soberbia.
Josafat:
Busca dirección de Dios
Mas Josafat dijo: ¿No hay aquí profeta de Jehová, para que consultemos a Jehová por medio de él? Y uno de los siervos del rey de Israel respondió y dijo: Aquí está Eliseo hijo de Safat, que servía a Elías. Y Josafat dijo: Este tendrá palabra de Jehová. Y descendieron a él el rey de Israel, y Josafat, y el rey de Edom. Entonces Eliseo dijo al rey de Israel: ¿Qué tengo yo contigo? Ve a los profetas de tu padre, y a los profetas de tu madre. Y el rey de Israel le respondió: No; porque Jehová ha reunido a estos tres reyes para entregarlos en manos de los moabitas. Y Eliseo dijo: Vive Jehová de los ejércitos, en cuya presencia estoy, que si no tuviese respeto al rostro de Josafat rey de Judá, no te mirara a ti, ni te viera. (2 Reyes 3.11-14).
Dos actitudes diferentes: Josafat reconoce que necesita dirección de Dios. En medio de esa situación desesperante, Josafat entiende que una palabra de Dios podía abrirle el camino y darle la salida.
Un cristiano comprometido con Dios sabe que en los momentos de prueba siempre habrá una palabra de Dios que abrirá el camino hacia la victoria.
Mire lo que Eliseo le dice a Joram: “¿Por qué no vas a los profetas de tu padre y de tu madre? Que te ayuden ellos, si es que pueden…”. En otras palabras: “¿Ahora buscas de Dios? Cuando nunca te has comprometido con Él.
Note que Joram responde una vez más echándole la culpa a Dios de lo que estaban viviendo.
Eliseo le dice que Dios le iba a dar la salida pero solo por causa de Josafat. Si fuera por el, Dios no haría nada.
¡Qué fuerte esta palabra! Pero era la realidad.
Dios dijo: Por Josafat, porque está comprometido conmigo, yo voy a abrir camino, yo voy a traer dirección.
La respuesta de Dios
Dios habló en medio de la adoración
Mas ahora traedme un tañedor. Y mientras el tañedor tocaba, la mano de Jehová vino sobre Eliseo, quien dijo: Así ha dicho Jehová: Haced en este valle muchos estanques. Porque Jehová ha dicho así: No veréis viento, ni veréis lluvia; pero este valle será lleno de agua, y beberéis vosotros, y vuestras bestias y vuestros ganados. Y esto es cosa ligera en los ojos de Jehová; entregará también a los moabitas en vuestras manos. (2 Reyes 3.15-18).
Un tañedor era un músico que tocaba el arpa.
Eliseo sabía que en medio de la adoración Dios habla y en medio de la adoración Dios trae respuesta y dirección.
Es por eso que cuando estamos pasando un tiempo de prueba lo mejor que podemos hacer es adorar a Dios.
¿Qué hacer cuando no sé que hacer? Entrá en la adoración y abrí bien tus oídos porque Dios te va a hablar.
Haced en este valle muchos estanques.
Haced. Dios no hace todo. Siempre hay una acción nuestra primero.
En esta parte del relato vemos el plan de Dios y el hecho milagroso que en un valle desértico se llene de agua sin haber viento ni lluvia. Pero para que el milagro ocurra se necesitó la acción del pueblo primero.
Si yo quiero ver un milagro de Dios en mi vida primero debo preguntarme ¿Qué quiere Dios que yo haga primero?
Hay una acción, un trabajo que me corresponde a mí primero.
Ejemplos:
ü Moisés para que el Mar Rojo se abriera primero tuvo que golpear el agua con su vara.
ü Josué y el pueblo tuvieron que rodear la ciudad de Jericó durante siete días para que los muros se cayeran.
ü Los sacerdotes en tiempo de Josué para cruzar el Jordán primero tuvieron que poner los pies en el agua.
ü La viuda en época de Elías primero tuvo que cocinar una parte de la poca harina y aceite que le quedaban y compartir con el profeta para que el milagro de la multiplicación se efectuara.
ü La viuda endeudada con sus hijos tuvo que buscar muchas vasijas vacías para que Dios luego pudiera multiplicar el aceite.
Podríamos mencionar muchos casos más, pero lo importante es que entendamos que para que Dios pueda hacer su obra en nuestra vida, nosotros somos los que primero tenemos que accionar. Yo hago el trabajo que a mi me corresponde y luego Dios hace su parte.
Estanques
Un estanque es un pozo o cisterna cavada para almacenar agua ya sea de la lluvia o de los manantiales.
Para que una familia en la antigüedad pudiera vivir necesitaba un estanque o un pozo donde se proveyeran de agua. En las ciudades de aquel tiempo se construían muchos estanques. En Jerusalén entre otros, estaba el estanque de Siloé y el de Betesda. En la aldea samaritana de Siquém estaba el pozo de Jacob.
El estanque o la cisterna en la Biblia tiene un sentido espiritual muy profundo.
Hay mucha historia bíblica alrededor de los estanques.
ü Fue en el pozo de Jacob que la mujer samaritana se encontró con Cristo y su vida fue transformada. Fue en ese mismo pozo que los habitantes de esa aldea también conocieron al Señor.
ü Fue en el estanque de Siloé donde un ciego al lavarse recibió la vista.
ü Fue en el estanque de Betesda donde Jesús sanó a un paralítico.
El estanque representa un lugar donde se une la presencia de Dios con la necesidad del hombre.
Es el lugar que yo preparo para que la presencia de Dios pueda descender y encontrarse con mi necesidad.
Yo no puedo producir agua, pero puedo hacer un estanque que Dios pueda llenar.
Tenés que preparar un lugar donde la presencia de Dios pueda descender y encontrarse con tu necesidad.
Para muchos hacer un estanque implica:
ü Arrepentimiento. La Biblia dice que el que encubre su pecado jamás prosperará, pero el que lo confiesa y se aparta alcanzará misericordia de parte de Dios. Confesar y Apartarte. Cambiar de mentalidad delante de Dios.
ü Compromiso con Dios. Compromiso con la santidad. Dejar de lado la mediocridad y determinar ser serios en nuestra búsqueda de Dios. Compromiso con la madurez. Compromiso con el servicio.
ü Un altar de oración.
ü Perdonar y renunciar al rencor y la amargura.
Prepará el lugar donde la presencia de Dios pueda descender y encontrarse con tu necesidad.
El profeta Elías en un tiempo donde todos se burlaban del Dios a quién él adoraba y servía, preparó un lugar donde la presencia de Dios pudiera manifestarse y luego todos se postraron reconociendo que el Dios de Elías era el verdadero Dios de Israel.
Un detalle final: Porque Jehová ha dicho así: No veréis viento, ni veréis lluvia; pero este valle será lleno de agua…
Hay momentos en que nosotros nos preguntamos: ¿Cómo Dios lo hará?
Pero tu tarea consiste en hacer la cisterna. Quizá no veas señales del obrar de Dios mientras preparas tu estanque, pero lo cierto es que Dios hará su parte. No necesitas saber el cómo Dios lo hará, sólo prepara el lugar donde la presencia de Dios se encuentre con tu necesidad y el milagro ocurrirá.
Y esto es cosa ligera en los ojos de Jehová; entregará también a los moabitas en vuestras manos. (2 Reyes 3.18).
Dios siempre hace más de lo que esperamos.
Hay una canción de Marcos Yaroide con la que quiero concluir este mensaje.
MI TRABAJO ES CREER.
Cuando Dios da una palabra puedes creerla con el alma porque su fidelidad nunca falla.
Porque él no se limita ante humanas circunstancias. Y si él dijo que lo hará así será.
Mi trabajo es creer y caminar bajo la fe, y el de Dios será hacerlo él tiene todo el poder. Porque él no improvisa el siempre tiene un plan y aunque los tiempos no se presten con todo y eso Él lo hará.
Mi trabajo es creer y abrazarme a la fe. El trabajo de Dios es hacerlo. El sabrá disponer los tiempos.
Mi trabajo es mantener la calma en lo duro de la circunstancia. El trabajo de Dios es abrir las puertas y romper murallas, Mi trabajo es creer.....
Cuando Dios esta retando a creer en su Palabra a pesar que en el HOY no vez nada, es porque él conoce todo lo que viene en el mañana. Y si él dijo que lo hará así será.